miércoles, 21 de abril de 2010

¡Cuidado, Capitán!.

No te atreves a decirme que me extrañas
Que eres un cobarde, un mequetrefe, un despreciable sencillamente cariñoso.
Tu mirada sarcástcia, abrumadora; esa sonrisa perdida y confusa. Te culpas y golpeas tu mente casi siempre, mientras el recuerdo de mi cuerpo entre tus manos te pone como ruleta. Mi iluso, mi cofrecito perturbador.
Recuperas sigilosamente mi olor, esa fragancia que se niega a consolarte.
¡Cuidado, Capitán! Estabas tan próximo a caer. Te sientes tan frágil,que la brisa del mar podría hacerte desaparecer.Sí, tú, mi pequeño tesoro oriental, mi prófugo de porcelana, cuanto te admiro, cuanto te desprecio.
Admite, cobarde, que me quieres y conmigo no puedes. Que me repudias, pero me entretienes. Que eres como esos " hijos de puta" que llamaba el señor Tomás si le robaban la carne,que no era mas que carroña. Carroña e hijo de puta, maravilla...
Niega el sudor de mi cuerpo, mis cabellos sobre tu espalda con tu cara derrotada,si tú, mi pequeño papalote de papel.
Me sometías, me empujabas, tu ser bestial que es tu todo material. Cofrecito, capitán.
Tu festejo, la delicia de estar casi dentro de mí. Poquito te faltó.
De tus recuerdos ancestrales, de los que vienen, de los que tienes, soy la parte que mas te duele, por no tenerme, por no poseerme.
¡Cuidado, Capitán!

No hay comentarios:

Publicar un comentario